
Descansar es imprescindible
La tendencia actual es no saber descansar y convertirse en adictos al trabajo: ¿eres tú adicto o adicta al trabajo? ¿No sabes cómo descansar? ¿Te cuesta descansar la cabeza y desconectar del trabajo?
Un artículo de la NBC News (Are You ‘Binge Working’? The Question Is Deadly Serious) describía casos recientes de gente que llegó a trabajar tres días sin interrupciones y en algunos casos literalmente muriendo como resultado. Aunque estos casos son extremos, señalan una tendencia creciente en el trabajo de hoy, que sugiere que los empleados están trabajando más horas, hacen frente a crecientes demandas de trabajo y adoptan fácilmente tecnología que les ata a su trabajo 24 horas 7 días a la semana.
A la vez, frente una cultura de trabajo que equipara el “cara a cara” y el estar siempre en activo” con un alto compromiso de trabajo, nos quedamos con la boca abierta (tal vez no es de extrañar) ante un personal con exceso de trabajo, enfermo y con menos probabilidades de llevar a cabo un desempeño de alto nivel. Al enfrentarse a estos desafíos, ¿cómo pueden las organizaciones mantener a una fuerza de trabajo saludable, comprometida y productiva? Partiendo de investigaciones sobre la recuperación de los empleados de sus demandas de trabajo, la respuesta a esta pregunta puede residir en incorporar estrategias que permiten a los empleados descansar y recargar regularmente sus baterías.
Descansar y recuperarnos es imprescindible
El informe A Marathon, Not a Sprint: The Benefits of Taking Time to Recover from Work Demands de la Society for Industrial and Organizational Psychology revela algunas claves al respecto. Cada vez contamos con más investigaciones que avalan lo que todos sabemos, aunque se nos olvida cuando estamos absorbidos por el trabajo: descansar y recuperarnos es necesario para mantener el bienestar mental, lo que garantiza empleados psicológicamente saludables. De la misma manera que los atletas deben descansar y tonificar sus músculos tras el esfuerzo, a todos nos conviene dedicar tiempo para descansar nuestra mente tras el trabajo y energizarnos para mantener alto niveles de motivación y desempeño. En el contexto laboral, esforzarse para llevar a cabo los cometidos y enfrentarse a los estresores del trabajo (por ejemplo, conflictos con compañeros o clientes) puede reducir la disponibilidad de los recursos mentales en los empleados (energía mental, buen humor, etc.) y hacerles sentirse exhaustos. Descansar y recuperarse se refiere a alejarse del trabajo, relajarse y experimentar la ausencia de demandas del trabajo. Las investigaciones muestran que cuando los empleados son capaces de descansar y recuperarse aumenta su bienestar y mejora su capacidad de desempeño y rendimiento (por ejemplo, disposición para trabajar, capacidad atencional, mente enfocada, energía, motivación…).
Descansar y recuperarse, conforme a los investigadores, es importante todos y cada uno de los días. Sin embargo, un día altamente estresante de trabajo puede impedir la recuperación en el descanso de ese día, después del trabajo, lo que a su vez puede contribuir a una tensión mayor y a un bienestar menor durante el sueño y durante el día de trabajo siguiente. Esto indica que empleados estresados no pueden “parar la cabeza” y son menos propensos a reponer recursos importantes durante el tiempo fuera del trabajo. No descansar y no recuperarse diariamente implica que la tensión resultante de cada día de trabajo puede aumentar y convertirse en una auténtica y gran necesidad de descanso al final de la semana. Los estudios afirman que descansar adecuadamente durante los fines de semana y las vacaciones disminuye la tensión (por ejemplo en términos de burnout) e incrementa el funcionamiento cognitivo en la semana siguiente.
De la misma forma, investigaciones sobre psicología organizacional muestran que descansar y recuperarse hace que los empleados se sientan más comprometidos y rindan a un nivel más alto, que ayuden más a sus compañeros y que tomen iniciativas. Por todo lo expuesto, las organizaciones deberían implementar de manera proactiva estrategias para ayudar a sus empleados a lograr un bienestar y un rendimiento sostenidos.
Descansar: ¿cuestión de cantidad o de calidad?
Gracias a investigaciones experimentales sabemos que no importa tanto el tiempo que dedicamos a descansar cuanto las actividades para descansar que llevamos a cabo en ese tiempo, aunque sin duda un mínimo de tiempo es imprescindible. Estas investigaciones identifican tres experiencias psicológicas que resultan beneficiosas y útiles para descansar: el desapego mental, la relajación y la formación (aprendizaje). Estas experiencias están asociadas con un incremento del bienestar en términos de aumento del buen humor, de sentimiento de energía y vigor, con un decremento de la tensión y el estrés y otros estados emocionales negativos, e incluso con una mejora de la satisfacción en la vida. Cuando vuelven al trabajo, los empleados que han descansado muestran un compromiso laboral mayor, un nivel de desempeño de tareas más alto, creatividad, toma de iniciativas y un comportamiento solidario.
No obstante, aunque estas experiencias son beneficiosas, no siempre conseguimos alanzarlas: para muchas personas, no es tan fácil desapegarse del trabajo, relajarse o embarcarse provechosamente en actividades de aprendizaje. Una de las explicaciones radica en el funcionamiento de nuestro cerebro. Cuando vivimos inmersos en estados estresados, en los que descansar nos resulta a veces imposible a pesar de que realicemos actividades para ello, incluso dormir, pues “la cabeza no para”, lo que suele ocurrir es que el área prefrontal medial del cerebro se halla en lo que llamamos “secuestro neuronal” o “secuestro emocional”. En este estado, los asuntos que nos ocupan y preocupan nos mantienen atados (secuestrados) emocionalmente hasta el punto de no ser capaces de poner la atención selectivamente en otra cosa, aunque, como digo, la actividad no sea trabajar. Así, funcionamos de manera reactiva, disminuyendo enormemente nuestras capacidades: capacidad de empatía, de atención, de creatividad, de memoria… Y a todo esto se une que aumenta la presión cardiovascular, disminuye la actividad del sistema inmunitario y empeora el metabolismo, entre otras cosas. El cóctel, sin duda, conduce a un aumento del estrés, a un empeoramiento de las relaciones personales, a una disminución de la motivación y de la satisfacción personal, y también a un decremento del rendimiento laboral. En estos estados, descansar no es tan fácil. Y el desapego, la relajación y el aprendizaje pueden verse imposibilitados. Por eso es tan relevante la actividad que se ejercite para descansar la mente, y con ello también el cuerpo.
En mi libro Neuromeditación. La meditación en el siglo XXI detallo lo que ocurre a nivel cerebral, y a nivel psico-físico en sentido amplio, en estos estados estresados en los que descansar es muy difícil, a pesar incluso de que se realicen actividades que nos diviertan y distraigan, o a pesar de que hagamos deporte o durmamos las horas necesarias (no siempre dormir equivale a descansar). Y también propongo una actividad de las más efectivas que se conocen y manejan actualmente: es el método que he creado de la Neuromeditación en 5 pasos. Este método para relajar la mente es muy fácil y es más efectivo porque utiliza el conocimiento de que dispone actualmente la neurociencia para llevar a cabo 5 pasos que se dirigen directamente al cerebro, porque sabemos cómo utilizar “su lenguaje”, el lenguaje cerebral.
Estrategias para descansar
De la misma manera que cada empleado es responsable de su vida y tiene en su mano la capacidad de elegir las actividades para descansar que le pueden ayudar, las organizaciones son responsables de generar estrategias que ayuden a sus empleados a descansar y a recuperarse. Lo ideal es incorporar programas como el Entrenamiento del Bienestar Personal de IAR, en el que además de aprender cómo gestionar el estrés, se aprende como gestionar los estados emocionales y mentales, cómo gestionar el cambio personal y cómo trabajar la congruencia entre lo que se hace, lo que se piensa o cree y lo que se es, para luego integrar esa congruencia en el hacer cotidiano, cerrando de esta manera el círculo hacer – pensar – ser – hacer.
Complementando los programas de wellness corporativo, las organizaciones pueden a la vez proponer determinadas estrategias para ayudar a los empleados a descansar y recuperarse. Algunas pueden ser:
- Reducir los factores de estrés dentro de la actividad laboral.
- Animar a los empleados a coger vacaciones, pues no se tienen en todas las organizaciones del mundo, y en las empresas que las tienen, no siempre se agotan todos los días disponibles por los trabajadores.
- Practicar un liderazgo a través del ejemplo, de forma que los líderes de las organizaciones tengas sus vacaciones y no trabajen fuera del horario de trabajo ni obliguen a los subordinados a hacerlo.
- Desarrollar políticas sobre el uso de la tecnología relacionada con el trabajo, por ejemplo, limitando el uso del teléfono y el mail fuera del horario laboral.
- Permitir un horario flexible. Puede hacerse a través de la flexibilidad para entrar o salir, por medio del teletrabajo o de la jornada continua.
Todas estas estrategias para ayudar a descansar y a recuperarse procedentes de las organizaciones no excluyen las que personalmente cada uno pueda adoptar:
- Desconectar el mail del trabajo en el teléfono personal, utilizar una respuesta de “out-of-office” durante las vacaciones, o separar las cuentas de mail, los teléfonos y los ordenadores para actividades profesionales y personales.
- Practicar la Neuromeditación, pasear, leer algo no relacionado con el trabajo.
- Aprender nuevas habilidades, aprender a través de actividades creativas, o por medio de algo que suponga un desafío personal…
- Establecer rutinas para descansar y recuperarse. Un proceso de coaching puede ayudar a desarrollar el plan de acción que nos lleve a implantarlas en el día a día, pues el ajetreo diario a veces es un obstáculo insalvable para conseguirlo.
- Tener vida social y acordar con la familia y los amigos el tiempo para descansar.
Para finalizar, podrías preguntarte: ¿dedicas el tiempo necesario para descansar y recuperarte del trabajo todos los días? O, ¿facilita tu organización que los empleados puedan descansar y recuperarse lo suficiente? ¿Qué puedes hacer tú? ¿Qué vas a hacer tú? ¿Cómo lo vas a hacer? ¿Cuándo…?