Meditar en las organizaciones

Meditar en las organizaciones

Meditar en las organizaciones

Meditar en las organizaciones está cada vez más de moda. Y por otro lado, todavía se encuentra mucha gente reticente a hacerlo. ¿Qué es lo que hace que meditar para unos sea una de las mejores herramientas para gestionar su talento y su vida y para otros algo desconocido y a evitar? Posiblemente lo que cada uno entienda por meditar. Acercarnos a una descripción sencilla y fácil puede ayudar a muchos a comprender la importancia de métodos como la Neuromeditación en la vida cotidiana, personal y profesional.

Qué es meditar

Meditar tiene que ver con la facultad de la atención, con poner atención a las acciones y procesos personales y con la capacidad de gestión.

Meditar y la facultad cerebral de la atención

Tratar sobre la meditación nos lleva a una primera posible pregunta: ¿qué significa “meditar”? Etimológicamente, meditar (de latín meditari) es pensar atenta y detenidamente sobre algo. La atención es una acción cuya referencia biológica se encuentra en el cerebro. La facultad de la atención se halla en el área prefrontal de nuestro cerebro y es una capacidad que ejecutamos todos cotidianamente, si bien, dado el tipo de educación recibido mayoritariamente, lo habitual es encontrar personas que suelen vivir desde una atención dispersa y no consciente.

Sin embargo, meditar, no es sólo ser capaces de poner atención, pues esto lo hacemos, como queda dicho, cotidianamente; se trata de pensar con atención y detenimiento, o, dicho de otra forma, meditar implica una atención selectiva y consciente que, además de la supervivencia, permite el avance del conocimiento y de la gestión, tanto la gestión externa como la autogestión. Y toma relevancia la meditación cuando aquel “algo” sobre el que se piensa, cuando el objeto de la atención detenida es uno mismo, una misma.

Meditar sobre uno mismo

Las formas de pensar detenidamente sobre uno mismo a lo largo de la historia se han multiplicado y las prácticas durante siglos han dado lugar a métodos de autoconocimiento variados y diversos, unos más eficaces y otros menos, unos más filosóficos, otros más relacionados con la religión, otros (más modernos) más científicos, algunos más pragmáticos que otros; unos con la pretensión puesta en los efectos inmediatos, otros con la vista puesta en una transformación procesual de medio o largo plazo… Así, dentro de una acepción amplia de lo que pueda ser meditar, caben prácticas como relajaciones, inducciones, sugestiones, etc. Pero desde una acotación proveniente de las prácticas tradicionales de lo que pueda ser este tipo de ejercicio, meditar conlleva un autoconocimiento que busca la transformación personal y no únicamente un cambio de estado puntual. Es este autoconocimiento lo que permite la auto gestión del talento y, por añadidura, lo que facilita el bienestar mental necesario para rendir y para ser feliz: hoy sabemos que la felicidad en el trabajo es la clave para el rendimiento en las organizaciones del siglo 21.

Meditar en las organizaciones

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como las directrices europeas y el Ministerio de empleo están insistiendo en la importancia del cuidado del bienestar mental desde un enfoque de productividad y a la vez de salud y prevención de riesgos psicosociales. Y se insta a que se introduzcan en la vida laboral la formación para el estrés y la gestión de la carga mental de trabajo, para lo que presentan la meditación como una de las herramientas a utilizar.

¿Y si los datos que aportan estas organizaciones fuesen tan relevantes como para no pasarlos por alto? El siguiente vídeo muestra de una forma sencilla qué es meditar y los beneficios que aporta tanto en la gestión de la vida personal como en la profesional.

 

 

 

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